viernes, 24 de octubre de 2008

Cada cabeza es un mundo

En cada actividad cotidiana tanto de origen formal y académico o coloquial e informal, resalta siempre la forma como cada ser humano concibe de manera distinta cada pensamiento e idea tanto en los grandes temas y discusiones como en las mínimas cosas; lo que da origen a polémicas, como por ejemplo, la escogencia de un nombre que identifique a un grupo.

Salen al aire las diferentes ideas, opiniones e intervenciones por parte de los miembros y luego que todas se acogen y se copilan comienza el debate para elegir no solo de forma democrática sino también de manera que todos queden conformes. Cuando me refiero a no solo el uso de la democrácia como consigna, hablo de que no siempre es la mejor forma de elección; porque así sea una insignificante minoría la que no esté de acuerdo, no sería realmente insignificante porque en un grupo todos somos igual de importantes. Por esta misma razón la cuestión se hace más complicada ya que es muy difícil, casi imposible, lograr que un grupo numeroso se ponga de acuerdo con una misma idea que no sea la de la propia persona, sin poner de manifiesto un argumento contradictorio. Salen a relucir ideología y criterios políticos, personales, religiosos y culturales para defender la posición de cada quien, y debe encontrarse siempre la manera de condensar mejor todas las opiniones sin menospreciar o preferir una más que la otra para encontrar, por difícil que parezca, una equilibro entre todos los argumentos.

En conclusión, cada cabeza es un universo de ideas totalmente diferentes que aunque algunas personas a veces las compartan, su origen y razón siempre se diversificará.

1 comentario:

Karol Moreno dijo...

Creo que todos estamos determinados por nuestro entorno y los valores y concepciones que se compartan en la sociedad en que vivimos. Como diría Ortega y Gasset "yo soy yo y mi circunstancia", así que personalmente no creo que cada cabeza sea un mundo.