martes, 4 de noviembre de 2008

Somos un archipiélago de certezas rodeado por un océano de incertidumbres

A lo largo de los años el estudio de la filosofía se ha divido partiendo de los diferentes pensamientos e ideologías que se han desarrollado por los numerosos pensadores a lo largo de cada época. Se puede decir que los padres de la filosofía fueron los griegos ya que fueron los primeros en dar aportes importantes al mundo del pensamiento.

Entre las diferentes corrientes de la filosofía podemos observar como cada pensador concibe la filosofía de forma tan distinta unos de otros tratando de dar respuestas a sus inquietudes y desarrollando sus ideas y su ingenio de manera impresionante para desentrañar los misterios del mundo. Entre estas corrientes podemos hablar de la metafísica, el idealismo, estructuralismo, la ética, la ontológica, la fenomenología, la verdad, el cristianismo, el racionalismo, el empirismo, entre otras.

Vemos como a lo largo de los años la búsqueda de esas respuestas ha demostrado más ingenio y ha dado lugar a la evolución del pensar científico; pero eso sin dejar de lado el pensar filosófico propio de nuestro yo interno. En conclusión la filosofía tiene distintas caras.

Cuando decimos que somos un archipiélago de certezas rodeado por un océano de incertidumbres, nos referimos a que siempre vivimos en esa búsqueda por la verdad; queremos tener la certidumbre de las cosas pero estamos rodeados totalmente de puras incógnitas y cosas por descubrir: buscamos el dominio de todo, la sabiduría.

Entre las diferentes propuestas de los filósofos se nos presenta el dilema entre el ente y el ser, lo óptico y lo ontológico. Las diferentes corrientes proponen el origen de todo como un ser absoluto, algo que está y existe y ni varía; otros proponen que estamos en un estado totalmente cambiante y evolucionamos junto con nuestros pensamientos.

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